No pasa nada...

Y mis manos se llenaron de nada, y con los dedos palpé tu luz...distancia.
Fría como la baldosa llena de whisky derramado, así sonó tu voz dentro de mi cabecita, mi cabecita. Larga huída.
Con las rodillas destrozadas por heridas del pasado me propuse centrar la mirada en él...tan bello, tan obscuro...hubo respuesta, devolvió la mirada y nuestros ojos se cruzaron en un callejón sin salida. Arcadas.
No volví, el tiempo no lo quiso. Miradas furtivas.
Conversaciones que no llevaban a nada y un sofá rojo. La chica preciosa conversaba, reía, mostraba sus perlas y las volvía a esconder como si de un juego se tratara.
La música se para en el vacío. Barra de bar sin codos.
La belleza se marchó sin mi consentimiento y ni siquiera el humo verde supo consolarme.
Hablemos de la esencia, lo siento señorita rock and roll...no hiciste bien tu trabajo de musa, me veo obligado a despedirte.
No pasa nada.