Cueste lo que cueste, a mi razonamiento, digo.
Ella me eligió a mi, quizás fuera una decisión temprana pero el veredicto fue claro y contundente.
Me eligió a mi por encima y por delante de otros, algo tendré que ofrecer, seguramente llegué primero.
Ella me eligió a mi, que estaba durmiendo en aquella esquina, bajo la única luz de una clara mirada. Una mirada, una ventana.
Ella me eligió a mi, y a veces no se por qué, a veces pienso en su error, a veces deseo que se hubiera equivocado.
Dudas inexistentes, pero dudas.
Hoy sé que ella me eligió a mi.
A nadie más.
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