19.1.09

Diario de Yo - crónica de ayer


Tras las tristes noticias que estamos recibiendo en el mundo musical las últimas semanas necesitábamos un poco de luz, algo que le diera categoría, sentido a la situación y puede que los asistentes al concierto de la Multiusos encontráramos ese pequeño rayo que nos ayude a seguir adelante. Siempre adelante.
El cambio de sala no afectó al concierto, se cambió el cabaret de la Oasis por otro improvisado, una Multiusos llena de mesas con mantel rojo y sillas para la ocasión, algo extraño tratándose de un concierto de tanta dimensión, quizás demasiado intimismo para lo que se iba a vivir, pero no adelantemos acontecimientos.

Abrieron la noche los maños Big City, tenía curiosidad por ver a los llamados Wilco del Ebro. No salí decepcionado, un sonido increíblemente empastado, distorsiones, contundencia en la batería y una pronunciación notable en delicadas melodías. Repasaron antiguos temas y tuvieron ocasión para presentar alguna novedad cargada de electricidad y de progresiones psicodélicas, algo que entusiasmó al personal que poco a poco iba ocupando los asientos de la sala. Big City es un grupo con casi una década de música a sus espaldas y eso se nota, esperamos verles más a menudo.

El siguiente protagonista de la noche escogió la soledad de una voz y una guitarra para presentarse. Era Jairo Zabala (Vacazul, 3000 hombres) bajo el nombre de De Pedro, su última apuesta musical. De Pedro fue el proyecto que sacó a la luz en el 2008 y que grabó apoyándose en los músicos de Calexico, musicazos diría yo; fue una de las grandes sorpresas del año pasado y su directo no deja indiferente a nadie. Como decía comenzó Zabala con su melancólica guitarra: Como el viento, la increíble versión de Llorona (me atrevo a decir que a la altura de la interpretación de Chavela Vargas). Poco a poco se iban sumando a De Pedro los instrumentistas de Calexico, así le acompañaron el pedal-steel en La memoria, el xilófono y la batería en Don’t leave me now y ya toda la banda en Two Parts in One (cantada a medias con Joey Burns) para despedirse con Te sigo soñando. Más de media hora de intensas emociones y una grandísima voz que esperemos nos siga dando satisfacciones en forma de canciones.

Tras un descanso de apenas diez minutos saltaron al escenario Joey Burns y John Convertino, fundadores de la banda, para dar comienzo al show; tras la presentación, el grupo. Calexico es una banda con casi dos décadas de antigüedad, sobrevivieron a los 90 y ahora muestran su mejor faceta. Un directo aplastante que va desde lo acústico, a lo eléctrico, en la misma canción te puede transportar a Tijuana y hacer escala en Londres para luego ir a Washington y recordarle a Bush que le quedan dos días de gloria. Un carrusel de ritmos, desde el rock progresivo al power pop, desde la cumbia al narcocorrido y todo eso con seis excepcionales músicos, entre los que se encuentra Jairo Zabala, que manejan más de una docena de instrumentos (contrabajo, mandolina, trompetas, acordeón…). Repasaron temas de su extensa carrera (Güero Canelo, la increíble versión de Love, Alone Again Or…) pero no se olvidaron de su última criatura Carried to dust, de la que desgranaron canciones como Two Silver Trees, The news about William o la bailable Victor Jara’s Hands. Tuvieron también tiempo para mostrar su parte más eléctrica, esta vez sin vientos ni teclados, con un sonido que perfectamente podrían emitir Redd Kross o Gigolo Aunts. Tras los bises de rigor la banda de Arizona se despidió de Zaragoza dejando un magnífico sabor de boca en una audiencia que dejó sus asientos nada más comenzar el espectáculo para acompañar al grupo en una velada inolvidable.

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