Grabar un E.P. no es tarea fácil. Primero: no disponemos de todo el tiempo del mundo, y los medios de Apopkephe, a día de hoy, todavía no son lo espléndidos que esperamos que sean algún día. Segundo: las canciones que vamos a grabar son versiones, no provienen del trabajo diario de los ensayos. Tercero: se puede tener un día más inspirado que otro pero el planing es el planing. Cuarto: un ruido que se mete por aquí, otro que se mete por allá, un perro que ladra en la calle, un vecino con el día cruzado. Quinto: ay, los móviles... Sexto: todo es por amor al arte, no desesperarse que las mezclas, a veces, hacen milagros. Séptimo: [ponga usted su experiencia].
Todo ésto para deciros que ya tenemos tres guitarras grabadas (Cambalache, Me matan si no trabajo y Miren cómo sonríen), la Alhambra acústica de The Sundance suena del copón y no va a hacer falta meter mucho más. Queremos un E.P. aústero en el que la parte importante sea lo que se dice.
Mañana: Camino de los Quileros y voces, si la suerte nos lo permite.
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