Gota a gota la vida sigue

- Clic, clic, clic...
Goteo, casi cada segundo una gota de agua caía del techo al sucio cubilete.
Una, otra, otra...No podía dejar de mirar tan aburrido espectáculo.
- Clic, clic, clic...
El tiempo pasaba lentamente, un bostezo, un cigarrillo, y la mirada centrada en aquel micro-clima, en aquella lluvia independiente que actuaba sólo para él.
- Samuel, ha llegado una carta.
No hubo respuesta. Segúia goteando.
-Ya la abro yo.
Hacía dos semanas que Samuel estaba en la cama, el médico le había prohibido salir hasta que no supieran el resultado de las pruebas. Él, a sus treinta años ya era viejo, había vivido demasiado deprisa, y su carrera había frenado de golpe dejando huellas de goma quemada.
- Cariño...
Un abrazo, quizás el abrazo más fuerte que había recibido en toda su vida y una carta que caía lentamente al suelo.
- Clic, clic, clic...
Samuel no comprendía como esa infiel compañera seguía haciendo ruido después de la mala noticia, quizás comprendió con esas gotas que la vida seguía a pesar de todo.