10.9.05

Demasiado humo hoy...

Con la única iluminación de la pantalla y del pequeño reloj dígital osé a enfrentarme a ella. Yo por aquel entonces ya era un tipo acabado, terminado, humillado; ella era lo contrario, rebosaba esplendor por donde pasaba. Decidí mirarle a la cara, directo a los ojos, dejando a un lado el miedo. Es dificil mirar a la cara a la misma muerte, tiene un atractivo inmenso, el mayor.
Lo bueno de ser míope es eso, afrontar los problemas con doble visión: la real y la distorsionada. ¿Con cual me quedo? A estas alturas de la noche el humo me ha nublado los pensamientos y al parecer ha entorpecido mi psicomotricidad, no pasa nada. Mañana será otro día (otro día igual).
Perdonen mis disculpas.
Stabilito, D.

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