Solitarios solidarios
No tenía sueño / y el agua de la ducha salía caliente /
Volví a enjabonar mi enjuto cuerpo / repasando con destreza cada límite de mi ser /
Descubrí que el placer era minúsculo y comenzó a llover / lágrimas de oro y plata /
Que con el contacto con mi piel / la pintaban de locura /
Desprecié aquel baño de masas / de cantos de sirena y rostros desaliñados /
Comprendí que su imperfección es la mía / que nuestros egos nunca se abrazarán /
Luego negué tu invitación /no una, ni dos si no tres veces /
Haciendo de rogar mi presencia / queriendo dotar al discurso de mi ausencia /
Intimidando al presente con desarmes exagerados /
Con golpe de remo en las manos / y ajustes de otros tiempos con cinturón de cuero /
Hice caso omiso cuando me dijeron / que la Tierra era demasiado grande /
Y que nunca se encuentra lo necesario.
No tenía sueño / y el agua de la ducha salía caliente /
Volví a enjabonar mi enjuto cuerpo / repasando con destreza cada límite de mi ser /
Descubrí que el placer era minúsculo y comenzó a llover / lágrimas de oro y plata /
Que con el contacto con mi piel / la pintaban de locura /
Desprecié aquel baño de masas / de cantos de sirena y rostros desaliñados /
Comprendí que su imperfección es la mía / que nuestros egos nunca se abrazarán /
Luego negué tu invitación /no una, ni dos si no tres veces /
Haciendo de rogar mi presencia / queriendo dotar al discurso de mi ausencia /
Intimidando al presente con desarmes exagerados /
Con golpe de remo en las manos / y ajustes de otros tiempos con cinturón de cuero /
Hice caso omiso cuando me dijeron / que la Tierra era demasiado grande /
Y que nunca se encuentra lo necesario.
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