Cada año la señorita Medea y servidor intentamos marcarnos un viaje inolvidable. El destino de este año era Marrakech pero por cuestiones de trabajo no se pudo llevar a cabo por lo que decidimos emprender un un nuevo objetivo: Nueva York. ¿Qué decir de Nueva York que no hayamos visto en alguna película? Por ahora absolutamente nada, tendréis que esperar a la vuelta para conocer más detalles. Es el final de una etapa, al regreso tendremos nueva vida, nuevos proyectos y sobre todo, nuevas ilusiones. Volveré con la edad de 28 años, cerquita de los 30 y con los 27 superados, algo importante.
Cuando empecé en el mundillo de la música allá por el 2004 tenía dos sueños, el primero era tocar en la Sala Oasis la cual consideraba el templo musical de la ciudad, el segundo era superar la barrera de los 27 (algo que la pobre Amy no logró), a la vuelta tendremos la respuesta a tal incertidumbre. En estos momentos maldigo mi humor negro y cruzo los dedos para que no haya problemas aéreos o automovilísticos, más que nada por no dejar un legado de mierda (sic). Aprovechen las terrazas, vuelvan a mamar de las tetas de la libertad, abarroten los conciertos, beban hasta el vómito y celebren con sus resacas que son seres vivos, sentidos y alborotados. Demuestren que la juventud (no toda) no está perdida, que el amor es la herramienta que mueve los cuerpos en mil direcciones, que los gatos son sólo animales de compañía y que la televisión luce mejor si tiene moscas revoloteando dentro de ella. Eructen, escupan, suden y orinen, caguen si es preciso, fecunden, fecunden muchísimo, lo que les dejen vaya y aprendan a disfrutar de las pequeñas cosas, del beso mañanero con aliento de dragón, del límite de velocidad de un buen polvo, de la risa a carcajadas producida por alguna caída sin importancia, de la alergia a la nostalgia, del olor a tabaco de pipa.
Sueñen, sueñen bonito que es barato, coman lo que puedan y más, hasta la saciedad para que la mala digestión nos recuerde los buenos momentos del pasado. Hoy (por mañana) les dejo con un poco de Iván Ferreiro, para que desconecten de Supercopas, Jornadas Mundiales de la Juventud, Cris(to)is, Calores y demás seres fecundos.Se despide (hasta la vuelta) Diego Martínez Navarro, el artista, el músico (con perdón), el pintor, el profesor de Secundaria, el programador, el pesado del Facebook, el poeta, el escritor, el soñador, el amante, el vividor, el bebedor, el bobo, el necio, el listo, el políticamente incorrecto, el [pongan el adjetivo que más les apetezca]. See you soon!
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