3.9.11

New York, New York (Capítulo I - La llegada)



Nueva York se divide en varios distritos, únicamente centraré mis observaciones en el de Manhattan (el que aglomera más cotarros) y en la zona sur de Brooklyn (Coney Island) dejando de lado Queens, The Bronx y Staten Island (aunque ésta fue visitada de refilón). La primera cosa que hay que hacer en cualquier cosa es habituarse, centrar y focalizar la mente en el nuevo lugar. En el caso de la costa Este de Estados Unidos hay que tener en cuenta las 6 horas de diferencia con España. El Jet Lag no existe apenas en el viaje de ida, son 6 horas que te regalan y con un poco de siesta en el avión puedes aguantar hasta la noche perfectamente. Nuestro primer hotel (ya descubrirán que estuvimos hasta en tres debido al ¿huracán? Irene) estaba situado a una manzana del Empire State por lo que las vistas a partir del octavo piso eran alucinantes (estábamos en un séptimo -sic-), una buena zona para patearte calle arriba, calle abajo la gran manzana. Es difícil perderte en Nueva York, siempre hay algún punto de referencia, el Empire State es imposible no verlo.

La primera cena vino de mano de Jackson Hole, una hamburguesería típica americana y que me recomendó encarecidamente mi amigo Jairo. Olviden el concepto de hamburguesa que tienen, esto es carne de primera y tienes que realizar una buena elección pues el bicho es enorme. Opté por una hamburguesa poco hecha con guacamole, queso y cebolla. Deliciosa. El tema de la Soda (Coca-Cola, Fanta, Sprite o lo que tenga gas) es recurrente ya que en la mayoría de los establecimientos te la recargan constantemente. Además te suelen sacar un vaso de agua con hielos por lo que es imposible que te quedes con sed. El agua es gratis así que si vas mal de Money ya sabes.

El servicio en todos los restaurantes de Nueva York es perfecto y esto es debido a que parte del sueldo de los camareros es por las propinas. Estarán atentos a todos tus movimientos, sonreirán, tratarán de hablar español y serán amables no, the next (salvo excepciones como observaremos en Newark). Nada más salir de cenar nos sorprendió una lluvia bastante fuerte, este hecho es una constante en la ciudad, el universo climático de NY es raro de cojones y tan pronto te encuentras con un Sol de los que pican como te jodes “literalmente hablando” de frío, o te calas hasta los huesos. Como observación y ya que hablamos de comida debo decir que Nueva York es la ciudad que he visitado con más casos de obesidad. No hablo de personas gordas hablo de monstruos con serios problemas de salud, de los que salen en los programas de sucesos porque no se pueden mover de la cama. Algunos de ellos pueden andar y devoran todo lo que se pone delante en un tiempo record.

2 comentarios:

2isone dijo...

Acaba muy "de sopetón" esta entrada, sigues buscando texto mas abajo... ¿la lluvia te encogió la pluma?

Roberto dijo...

Para más información de tu último manifiesto:

http://www.imdb.com/title/tt0390521/