El caso es que durante la primera estancia en Nueva York decidimos visitar Brooklyn en dos ocasiones, la primera, cómo no, la obligada visita al puente de Brooklyn. Esta excursión (y digo bien porque es largo de cojones) tiene sentido hacerla desde Brooklyn y no desde Manhattan, es decir, coger el metro y pegarte tu buen rato para bajarte en la primera estación de Brooklyn para emprender el camino de regreso a la isla de Manhattan y ver todo el Skyline. El puente es más estrecho de lo que me imaginaba pero las vistas merecen la pena pues a la izquierda tienes los rascacielos y a la derecha el puente de Manhattan (el de Woody Allen vaya). En el puente puedes encontrarte de todo, en nuestro caso nos topamos con una manifestación de vecinos de Harlem hartos de los tiroteos. Paseaban un ataúd al grito de What’s happen? No happen, o algo así…perdonen pero mi B1 en inglés no da para más. El trayecto se alarga para entrar directamente en el corazón de la manzana donde puedes refrescarte con agua helada por un dólar o con unos nachos un poco plastificados para mi gusto.
La otra visita a Brooklyn la hicimos en el “día de parejas” en el cual decidimos trasladar nuestros traseros a Coney Island, zona playera (aunque elegimos mal día, llovía) en la que hay un bulevar muy majo y un parque de atracciones a la antigua usanza. Además claro está del famoso Nathan’s en el que año tras año ponen a prueba a los mejores comedores de perritos calientes (sic). El trayecto es de una hora más o menos en el metro, lo bueno es que éste va por la superficie durante mucho rato y puedes observar desde un cementerio enorme al barrio judío con todo lo que conlleva, es decir miles de judíos ortodoxos lo cual en España es difícil (imposible) de ver desde 1492.
En nuestra primera estancia en Manhattan aprovechamos para ver el MOMA, del cual si te haces socio igual te sale más barato. Después de tres plantas dedicadas al arte más contemporáneo y del cual sales preguntándote el sentido del arte, las últimas dos plantas exhiben obras de Picasso, Dalí, Miró, Monet, Manet, Van Gogh…etc. Lo mejor la Noche Estrellada que me trajo a la memoria mi primera experiencia docente. Por lo demás seguratas muy majos (como en todo NY, incluimos en este apartado a taxistas, policías, dependientes, camareros…) que confunden a las españoles a pesar de sus claras diferencias. También a recomendar por la zona la hamburguesería 5 guys, distinta a la de Jackson Whole pero con una carne exquisita.
Tras esto el huracán, o más bien la tormenta que hizo que desperdiciáramos dos días en un hotel cercano a Newark, zona del aeropuerto. Allí las sonrisas de los trabajadores neoyorkinos se transformaron en gestos de asco, de go back home, y de poca ayuda. Nada de hojas de reclamaciones y escasa ayuda a los extranjeros. Está visto que en épocas de crisis no hay caridad que valga. Y sinceramente si eso era un huracán el Cierzo es el fin del mundo. No obstante el mundo occidental cambió tras el 11S y es algo que tenemos que tener muy en mente si viajamos a USA. En estos días extra lo más destacable es la visita a Jersey Gardens, unos outletts muy baratos (Converse desde 24$, Levi´s baratos, etc), desde el aeropuerto salen autobuses por 8$ ida y vuelta, desde Manhattan es bastante más caro.
Y también High Line, una antigua vía de metro que iba por la superficie y que los vecinos de la zona se encargaron de actualizar y darle el sentido de parque aéreo, una gozada para los paseos. Desde allí callejeamos y pudimos ver mejor la zona de West Village con sus canchas de Street Basket, sus negros maleducados firmando un great show, rodajes de cine y muchos bares musicales, créanme que escuchar en un bar Arcade Fire, Pearl Jam, Incubus, Alice in Chains, etc. se agradece. Además por último visitamos la Estación Central, una gozada para la vista, eso sí, cuiden con los maleantes que intentan ayudar en las máquinas de billetes.
Poco más a destacar, vayan a NY y piérdanse por sus calles, es lo mejor que se puede hacer, aunque, obviamente, visiten también lo más visitado porque merece la pena. Establezcan un plan elástico y sin límites para los cambios. A la vuelta emprendan un atracón de películas sobre NY y comiencen a planear un nuevo viaje. Nosotros ya estamos con ello. Gracias por las lecturas y sigan este blog porque pasan demasiado tiempo en la red y la mayoría es viendo porno.
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