4.4.05

21:37...hasta en la sopa.

A más de uno le doleran las siguientes palabras pero...¿a qué demonios viene tanta tristeza por la muerte de Juan Pablo II? El poeta Stabilito, de origen italiano asegura que el pobre hombre llevaba ya dos años muerto y que durante este tiempo no ha sido más que un muñeco dirigido por un vulgar ventrilocuo (que no ventrículo), está claro y si se pudiera demostrar veríamos que el pobre hombre tiene una gran cicatriz en la espalda, por ahí metían la mano para que moviera la mandibula con pésimo resultado. Que tristeza...dos años engañados, ¿dos?...
Pero el texto de hoy no queremos que sirva para abrir los ojos al lector ante tal engaño (NO rotundo), desde aquí queremos humanizar al Papa (que no el de Stabilito, de todos es conocida su critica a cualquier religión, más si cabe a la católica que le es más cercana). Imaginense la situación, un pobre hombre con más de ochenta años en cama, desde fuera el típico cristiano dirá:
- ¡Oh! El Santísimo Padre estará rezando por todos nosotros con una luz blanca que ciegue a todos los que están a su alrededor.
La situación real, por supuesto, dista mucho, el pobre hombre desprende un olor nauseabundo (llamemosle el olor a la muerte) y una asquerosa baba le cae de los labios al babero que lleva puesto desde hace tres días, la sonda hace que su pene se enrojezca y se arrugue más de lo que tenía acostumbrado (sí amigos, el Papa también tenía pene), sus familiares le comienzan a decir (en polaco por supuesto):
- Ay Karol, ¿ves ahora como te tenías que haber quedado en Cracovia?, con lo bien que estabas en la Iglesia del pueblo...y ahora mira la que has montado, miles de energumenos ahí fuera esperando a que la palmes.
Otro mito que se le caerá al suelo a más de uno es el de sus últimas palabras, no sean bobos, el Papa no dijo Amén, ni los más expertos lectores de labios podrían descifrar lo que dijo, si es que dijo algo, sólo murmuraría, soltaría algún eructo o emitiría algún sonido gutural.
¡Qué mal está el mundo!
De todas maneras, querría expresar el respeto del poeta italiano Stabilito hacia este acontecimiento mediático, ya se sabe, cualquier cosa que dura más de dos días en televisión suele terminar aburriendo.
Perdonen mis disculpas.

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