Lo más preciado se va

- Lo único que busco en ti es comprensión...y un poco de sexo.
La habitación estaba prácticamente a oscuras, solamente iluminada por el reflejo del reloj digital, un pequeño halo de luz azul. Llevaba varios días sin salir del cuarto, alimentándose a base de yogures y patatas fritas aceitosas, la garrafa de agua ya estaba vacía y el cenicero lleno de cenizas y colillas. Además el humo había creado una atmósfera propia que recordaba a las calles del viejo Londres.
- Eres tan complicada...lo haces todo tan difícil. ¡Vamos! es tan fácil complacerme.
Tosía de vez en cuando, una tos que desprendía un aliento asqueroso, daba igual, sólo lo iba a oler él. Hacía dos semanas que su teléfono no daba señales de vida, ¿habría alguien en el exterior?, no le importaba, en la despensa tenía cervezas suficientes para otras tres semanas, pero estaba tan lejos, sólo el pensar en dar dos pasos le producía nauseas.
- Vamos nena, no me abandones ahora.
Su voz había perdido toda contundencia, ya ni él mismo creía sus palabras, no podría aguantar mucho en esa situación. Todo lo que respiraba le llevaba al recuerdo, habían sido tan felices, en la playa, en el campo, en la ducha, en la cama, de día, de noche, con frío, a más de 40º,no comprendía como le podía fallar en ese momento.
- Por favor...
No hubo suerte, la esperanza era una puta que había encontrado un cliente con más dinero y más higiene. Todo ocurrió en un instante, un segundo, cuchillo en mano decidió terminar con lo que más daño le había hecho, su pérdida más preciada, le había fallado y no se lo perdonaría jamás, tenía que terminar con ella...una cuchillada y al suelo.
- Adios, amiga infiel.
La pérdida de sangre era evidente, pero no sintió dolor, él siguió llorando viendo su trozo de carne desprendido, no lo conocía ahora, lleno de sangre. Se mareó y se hundió en las baldosas de color carmín, ahora estaba otra vez junto a ella, junto a su vida...junto a su pene cortado.

"Acepten mis disculpas, paso por un momento de nula creatividad"

Stabilito, D.