En estos tiempos de nauseabunda lucha intestinal parece raro que alguien
dedique su alma, su dinero y su tiempo en crear algo. Claro, que cuando
haces el ritual de sacrificar tu vida al dios musical no hay vuelta
atrás. La gente de The Fractal Sound sabe de lo que
hablo. Rezuman música, la aspiran, la inspiran y crean imágenes
musicales que dicen mucho más que los miles de versos de las lenguas
eruditas. West West significa el puñetazo en la mesa de
uno de los grupos más interesantes de la ciudad en cuanto a sonoridad.
Un patio de colegio, que quizás aluda a la recuperación de la sonrisa y
de la despreocupación, introduce el corte Segovia en el que el teclado de Tomás Virgós empuja a la canción a una orgía de distorsión. [Leer reseña completa]
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