En estos tiempos de discursos difíciles y llenos de patrañas resulta
gratificante el diálogo inteligente, pesimista y, sobre todo,
constructivo. Y esto es exactamente lo que pasa en los doce cortes que
contiene la primera obra de
Segundos Apellidos.
Medalla de Plata
es una loa al perdedor, al que sufre un esguince en el alma justo a un
metro de la línea de meta, al que tropieza antes de llegar por pensar en
la celebración, al que recibe una buena bofetada y al que es abandonado
en el altar el día de su boda.
[Leer la reseña completa]
No hay comentarios:
Publicar un comentario