Cristina Llanos con mirada desafiante,
Amparo
más simpática y cercana. Nos hicieron sentir más jóvenes de lo que
somos. Nos hicieron recordar aquellas veladas en las que grabábamos
cintas de casette y nos las cambiábamos como si fueran revistas
pornográficas. Con un sonido que pasados dos días sigue presente en
nuestras cabezas (el dichoso pitido) y que para qué negarlo sabe más
dulce que nunca.
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