Zarápolis acierta cuando se desmelena, cuando se
desprende del corsé y fluye desde dentro, cuando la base rítmica avanza desde
el trópico hasta el gélido desierto. El trabajo de Nacho Lampreabe es de
matrícula de honor, el de Xavi Estivill en la producción de Cum Laude, otro de
los que no aparecen en las bocas de los de siempre y debería. [Leer la reseña completa]
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