Octavio Gómez Milián
Celebrar el final del año en diciembre es de horteras. Todo
el mundo sabe que el final del año es en septiembre y que el curso escolar es
lo que rige los destinos del mundo.
Pero te empeñas, te empeñas...a mí me pilla siempre en mitad de temporada en la
radio y a traspié...este año algunos discos buenos fueron madrugadores y
sensatos: el nuevo LP de Big City, cada día más...cómo decirlo, grandes,
maduros...cada vez más de verdad. Kiev cuando nieva, éxito de crítica con De
Tarima...¿Mi amor las mayorías es el disco definitivo de Tachenko? Puede que
sí, a mí es el que más me ha gustado estos últimos años. El disco de Stabilito
y su directo (a mí me gusta la voz de Diego, pero Uribe sabe de lo que habla,
respect!), sobre todo Navidad en Puerto Hurraco. Y otros, otros me atropellaron
el tocadiscos mientras preparaba las uvas: el cierre de la trilogía tóxica de
El Hombre Lento, Residual, que hace que mis dientes rechinen por las noches, la
emocionante electricidad de Minerva con Todo lo contrario...y el hermosísimo
disco-libro de Ricardo Vicente, ¿Qué haces tan lejos de casa? Que me ha
estremecido como hacía mucho no hacía ningún cancionero.
Y mis cosas marcianas: un disco en directo de Justo
Bagüeste, el documental inacabado de Will Spector y los Fatus, el Delfín
Asturiano que inspiró Pelo brillante... Luis Cebrián como Cretino, con banda en
el Poeta Eléctrico, el directo de El Gol de Nayim antes de Triángulo de Amor
Bizarro. Los títulos de las canciones de Fominder, volver a ver a The Pajer
sobre un escenario, Ser brigada de Leon Benavente, el disco que le grabó Justo
Bagüeste a Germán Copppini. Coppini, Bagüeste, los mitos de la ciudad
sumergida.
Cosas pop que no tienes que olvidar: el libro de artículos
de Félix Romeo (casi tan bueno como un disco de The Smiths), la aparición de
una web de noticias musicales aragonesas muy sabrosa (http://zaragozafelizfeliz.com/ ) y la
suerte que tuvimos de que viniera Radio 3 a enseñarnos a los paletos qué era
eso de la música indi, el pop y Aragón.
Yo sigo con las reseñas y con Guardiola, con Malatesta y con
Cebrián. Y que dure.
Tic, tac, y empieza el 2013. Grabamos mentiras,
las sentimos como nuestras e intentamos que los demás se las crean. De momento
bien. Tardes, noches en Inguz, con el pequeño genio produciendo, con el hombre
silencioso afirmando. Con Juan y Jorge, todo eso debería de bastar. Comenzamos
a gastarnos los cuartos en cafés y vinilos, Alejandro, servidor y todo el que
se quería pasar por el “estudio” para charrar un poco de buena música, de la
que llena el alma. Conciertos y más conciertos. Incendiamos La Casa del Loco,
La Ley Seca y todo garito que se preste. Incluso dicen que fuimos el último
grupo en tocar en la López antes del fuego. Lógico. Planeamos nuevas movidas,
algunas que nunca pasarán de la conversación etílica. Vamos a conciertos, los
fotografiamos, los disfrutamos e incluso escribimos sobre ellos. Ana nos echa
una mano, nuestros colegas de indiegentes también. ¿El ayuntamiento? Para ellos
somos invisibles, como para otros, es parte del juego. Luis, Sole y Octavio nos
ayudan, Pedro y Andrea siempre presentes, y otros tantos que no nombraré
porque, o bien no lo merecen, o bien ya saben quiénes son. Y así termina el
año, con más y más música, con canciones que hablan de canciones y con personas
que aman todo esto. Otros pasarán de largo. Les queremos igual.
El resto como siempre en Aragón Musical: http://www.aragonmusical.com/2014/01/columna-un-ano-mas-un-ano-menos-2013-por-stabilito-d/